En el Urabá antioqueño “todo el mundo sabe” que hay candidaturas a la curul de paz apoyadas por clanes políticos. Se ve en las camionetas que utilizan para movilizarse y en la costosa publicidad que han desplegado aun desde antes de recibir anticipos estatales. Sin embargo, no se atreven a decirlo revelando su propia identidad. Así sucedió con un par de líderes consultados para este texto, que prefirieron hablar bajo reserva.
Ocho municipios del Urabá antioqueño conforman la Circunscripción Especial Transitoria de Paz número 16, por la cual se elegirá a un representante a la Cámara. En las zonas rurales de Carepa, Chigorodó, Dabeiba, Mutatá, Necoclí, San Pedro de Urabá, Apartadó y Turbo se podrá elegir entre 15 listas, con dos candidaturas cada una, algunas de ellas cuestionadas.
Uno de los cuestionamientos más fuertes recae sobre la candidata Karen Juliana López Salazar, avalada por el movimiento Yo soy Urabá, el único en el país que se presentó por firmas para competir por la curul de paz. Su página de Facebook evidencia una campaña costosa, con eventos masivos, grupos musicales e inversiones altas en publicidad, lejos de la austeridad con la que la mayoría de los candidatos se han dado a conocer. “Los líderes sociales no tenemos billete para hacer esta campaña como la están haciendo otras personas”, dijo una de las fuentes consultadas.
En el Consejo Nacional Electoral (CNE) cursa un proceso en contra de López en el que se solicita revocar su inscripción. El tribunal electoral recibió información de que la candidata estaría inhabilitada debido a que su padre, Jaime de Jesús López Puentes, es directivo docente de una institución educativa, con empleados subordinados, y habría facilitado las instalaciones de esa institución para que su hija realizara actos de campaña.
Además de este cuestionamiento, el portal La Silla Vacía afirma que López “ha recibido el apoyo público de varios políticos tradicionales de Urabá”, como el exalcalde de San Pedro, Neder Díaz, y el excandidato a la Alcaldía de Turbo, Ariel Angulo.